En estos días leí una entrevista con Dirk Baecker, uno de los sociólogos más importantes de Alemania, alumno de Niklas Luhmann e impulsor de la sociología de sistemas en la actualidad. Uno de los pocos intelectuales de verdad que toman en serio al internet, sus derivados y sus consecuencias para la morfología de la sociedad futura. La entrevista, publicada en mayo pasado por el Frankfurter Allgemeine Zeitung, puede encontrarse aquí. La traducción es mía:
¿Es Facebook un sustituto de la religión? ¿Qué podemos aprender de Google? ¿Cómo podemos superar la sobreexigencia mediática? Una entrevista con el sociólogo Dirk Baecker.
– Sr Baecker: ¿Estamos sobreexigidos por las computadoras?
– La sobreexigencia que padecemos ante la computadora es la misma que tenemos desde que comenzó la “Era eléctrica”. Dice Marshall McLuhan que la electricidad es instantaneidad; es intercambio de señales a nivel mundial y a la velocidad de la luz. Desde entonces que estamos conectados globalmente, pero seguimos sin saber de dónde sacar el espacio y el tiempo necesarios para traducir eso a una escala humana.
– ¿La computadora no nos impone de algún modo esa instantaneidad?
– La computadora y sus derivados (internet, intranet, bases de datos y redes informáticas) solo la usan. Pero al usarla, la ponen a nuestra disposición, aumentando así el problema. Por eso debemos observar a los pioneros (brokers pendientes de los últimos cables de noticias, médicos trabajando con computadoras de diagnóstico, soldados con equipamiento de alta tecnología), si queremos saber si seremos capaces de estar a la altura de esa sobreexigencia. Pero eso no es nuevo; la humanidad ha superado con un éxito considerable por lo menos tres sobreexigencias de similares dimensiones, como lo fueron la introducción del lenguaje, de la escritura y de la imprenta. No poseemos documentos de lo que implicó la introducción del lenguaje, pero desde la introducción de la escritura contamos con descripciones precisas de las sobreexigencias a las que nos enfrentaron las nuevas posibilidades mediáticas. Platón miró a Egipto y temió que la polis griega se burocratizara y que la comunicación humana se volviera fría y rígida, si empezaban a confiar en la escritura y en el apoyo mecánico a la memoria que representa. Sucedió todo lo contrario: con la introducción de la escritura, los griegos inventaron la filosofía; y en los albores de la modernidad, con la introducción de la imprenta, se inventó el mundo de los sentimientos.
– ¿Entonces la sobreexigencia es de naturaleza social, no psíquica?
– No, no, es solo una parte del fenómeno. La psique no permanece inmócule cuando la comunicación sucede, por un lado, a la inconmensurable velocidad de la luz y en donde, por el otro, existen máquinas que cuentan con enormes bases de datos y operan a velocidades que no comprendemos y que participan de esa comunicación a la que debemos ser capaces de hacer frente. Nadie hablaría de “multitasking” si no ejerciera una fascinación sin límites sobre nosotros. Nos encontramos ante posibilidades de comunicación frente a las cuales la psique y el cuerpo humanos deben adaptarse primero. Nuestros niños nos enseñan cómo.
– Su hipótesis es que la computadora será el medio de difusión de la “próxima sociedad”, a cuyas puertas nos encontramos. ¿Qué caracterizará a esa sociedad próxima?
– Según todo lo que podemos observar hasta ahora, esta sociedad adaptará sus estructuras sociales a redes heterogéneas, y su cultura al procesamiento de velocidad. Las redes heterogéneas vendrán a ocupar el lugar de los sistemas funcionales, más bien homogéneos, que conocemos de la sociedad moderna. Vamos a tener que vérnosla con la improbable formación de clusters, con raras combinaciones de historias, medios sociales, personas y organizaciones, con poses, que cruzarán la sociedad sin que sepamos de donde vienen ni hacia donde desaparecen. Nuestra cultura tendrá que despedirse cada vez más de la Razón de la Modernidad y, en su lugar, deberá aceptar una complejidad con la que deberá buscar el encuentro, pero sin poder esperar comprensión.
– ¿Qué papel juegan Twitter, Facebook y cosas así?
– Las redes sociales serán la forma de juego de la próxima sociedad. Ahí podemos probar lo que significa la comunicación en el medio de la red de computadoras; son tan importantes como los juegos de video. Aquí la comunicación, la interacción y la percepción se conectan de una forma nueva, se aprenden nuevos estados de ánimo y nuevas estructuras conceptuales. Aquí caemos en la cuenta, de una vez y para siempre, que la comunicación exige de los hombres no solo su atención espiritual, sino también su atención psíquica y física. En contacto con ese medio y con esos juegos, el Hombre es formateado, como ya pasó con la televisión. Él ya sabe hablar, leer y escribir , y ahora aprende a contar con una comunicación que hace uso del lenguaje, la escritura, la imágen, el video y el sonido por partes iguales. La cuestión que se plantea es: ¿Cómo lo logrará sin ser absorbido? ¿Cómo aprenderá a contar con la mentira, el engaño y la estafa y, al mismo tiempo, a usar las posibilidades de este medio?
– Su colega Norbert Bolz lo describe como un “sustituto de la religión”, apto para la ceración de “Confianza en el mundo”. ¿Facebook es el nuevo catecismo?
– Si por catecismo entendemos un medio por el cual se le enseña al Hombre la manera en la que ha de utilizar, en nuestro caso, la computadora: sí. Y al menos éste sería un catesismo escrito ya no por los padres de la iglesia, sino por los mismos usuarios, y por eso hay muchos observadores que reaccionan con tanta desconfianza ante lo que está pasando. Yo no creo que sea un sustituto de la religión; pero sí es un punto de partida para repensar nuestras expectativas ante la religión. Así como la religión tuvo que encontrar nuevos formatos ante el surgimiento del idioma, de la escritura y de la imprenta; pasando del espiritismo primitivo por el monoteísmo hasta llegar a convertirse en consuelo interior, ahora también tendrá que dar nuevas respuestas. Teilhard de Chardin y su alumno, Marshall McLuhan, creían que el futuro del cristianismo estaba en el Espíritu Santo, probablemente porque sea más rápido que el Padre y que el Hijo; el éxito mundial de movimientos espiritualistas les dan la razón. Facebook y otros no son un sustituto de la religión, pero sí son medios a los que la religión debe encontrar una respuesta. Por eso yo no los investigaría suponiendo que son solo una expresión de “confianza en el mundo”, sino también como medios de revisión de “desconfianza en el mundo”. ¿Qué contamos? ¿Qué callamos? ¿Comenzaremos, aquí también, a hablar en lenguas?
– ¿Está de acuerdo con la siguiente frase de los autores norteamericanos Christakis y Flower?: “Si sé lo que están haciendo sus amigos, puedo predecir con bastante seguridad lo que Ud. hará en breve”
– Creo que el éxito de la denominada “sociofísica” de los últimos años es sumamente interesante; que ha desarrollado una especie de epistemología de la comunicación, es decir, que observa procesos de contagio en el comportamiento de consumo, en el comportamiento de accionistas, en la propagación de ideologías políticas. Sin embargo, esa observación se olvida de la otra mitad de la sociología: la descripción de los mecanismos que han desarrollado las sociedades humanas para evitar el contagio. Cada proceso de diferenciación entre medios sociales, organizaciones o sistemas funcionales es un proceso que crea barreras, que procura que dentro del ámbito del comportamiento humano, diferenciarse sea por lo menos tan interesante como semejarse. Entonces, si sé lo que están haciendo sus amigos, lo único que sé es que Usted también hará algo; pero no sé si será lo mismo que están haciendo ellos o si será cualquier otra cosa.
– Su antiguo profesor, Niklas Luhmann, dijo sobre la computadora es un aparato que modifica la relación entre la superficie y la profundidad: la superficie es una pantalla que apenas exita los sentidos humanos; y la profundidad es una máquina. Y eso crearía nuevas formas de comunicación, pero también nuevas formas de “impotencia”. ¿Estaba haciendo referencia a la pregunta que el publicista norteamericano Nicholas Carr planteó en uno de sus últimos ensayos: “Is Google making us stupid?“?
– De ninguna manera. Luhmann estaba muy impresionado de que la pantalla sea la única interfaz capaz de conectarnos con la profundidad de la computadora y sus redes. Google is making us smart, pero solo teniendo en cuenta que recién desde que existe Google comenzamos a reflexionar sobre la inteligencia de redes y sus efectos, y que, también, recién desde que exite Google que nos damos cuenta que las distribuciones probabilísticas de la realidad se parecen menos a la curva de la distribución normal de Gauß y más a la Ley Potencial de Zipp. Sabemos que ignoramos los long tails de nuestras búsquedas en Google al examinar solo los primeros resultados, y que eso que ignoramos puede contener nichos y sorpresas muy interesantes. Y con el paso del tiempo hemos aprendido que los heavy tails, es decir, la concentración de probabilidades en los extremos de la distribución probabilística, nos muestran aquellas singularidades que dejan las mayores huellas en el mundo.
– ¿Lo sabemos realmente? El humorista norteamericano Colbert tiene una rutina en donde se burla, en este contexto, de la “realidad”, en la cual por medio de Google, Wikipedia y Cía., cualquier idea puede comnvertirse en “realidad”, si encontramos la suficiente cantidad de personas que la aprueben como tal.
– Los griegos y los romanos tenían a Diosa “Feme” (o “Fama” para los romanos), para advertirles sobre la rapidez y la facilidad con la que se difunden las habladurías y los rumores y cómo pueden convertirse así en realidad. No existe sociedad humana alguna en la que no resulte sumamente atractivo participar de un rumor que considere a su posibilidad tan seriemente como a la realidad misma. Así puede demostrarse la propia integración en la red y puede comprobarse la ingenuidad de los demás; y tambiérn se es parte de aquel proceso ambibalente, mediante el cual la sociedad se está autocuestionando permanentemente y al mismo tiempo, se autoinmuniza ante la ingenuidad. Estudiamos el concepto de “realidad” precisamente porque no es fácil discernir lo real de lo irreal: es difícil. Y también la realidad es algo que se diferencia, pero ¿de qué? Y ¿quién nos garantiza que la diferenciación funcione? La comunicación por computadora no deja de ser comunicación, y ¿qué hay en ello de real o irreal?
Entrevista: Thomas Strobl, para el Frankfurt Allgemeine Zeitung
Traducción: jupixweb.de
Reflexivo, introvertido, taciturno y estoico; existencialista, constructivista y ateo.
[…] Baecker vaticina así el fin de la sociedad de sistemas y de los sistemas sociales. En su lugar aparecerán redes heterogéneas carentes de todo sentido preestablecido, sumidas en un orden temporal y ecológico que habrá desplazado al orden social del status y la jerarquía y al orden material del estado de cosas y sus funciones; un orden caracterizado «por la sucesibilidad de todos los procesos y que definirá a cada suceso individual como un ‘siguiente paso’ en un terreno fundamentalmente inseguro.»3Íbid., pp. 8s. Así, la inseguridad será el elemento constituyente de la sociedad próxima, el «modus» de sí misma, y la capacidad de enfrentarla, su capacidad fundamental: la sociedad deberá despedirse de las estructuras sociales homogéneas a las que está acostumbrada y prepararse para que en su lugar aparezcan clusters, redes heterogéneas complejas e incomprensibles; la sociedad, en palabras del propio Baecker, «…deberá aceptar una complejidad con la que deberá buscar el encuentro, pero sin poder esperar comprensión.»4Véase El Formateo del Hombre […]